REPORTAJES
LADRILLERAS: UN LEGADO TLAXCALTECA
Don Heriberto Sandoval, propietario de: Barro de Saltillo y Alejandro López Blanco.
POR: Sherlyn Sánchez/Saira Esquivel Rocha
El barro artesanal sello distintivo de nuestra ciudad que la viste del rústico color terracota de la arcilla, un trabajo netamente saltillense con la influencia cultural Tlaxcalteca, que poblaron San Esteban de la Nueva España en 1591, hace más de 400 años, aunque documentos oficiales se remontan a 1883, cuando Don Dámaso Rodriguez y David Zamora instituyeron la industria ladrillera, siendo los primeros ladrillares instalados hace más de un siglo, el arroyo del pueblo, donde los prismas rectangulares hechos a mano son orgullo del centro histórico de Saltillo.
Estos hornos fueron edificados dentro de la colonia república poniente entre la calle Chihuahua y Baja California, entre las prolongaciones de Obregón y Purcell, al norte de la ciudad, predios pertenecientes a Dámaso Rodríguez y Cía.
Para los años de 1900 decayó la industria del ladrillo, hoy en día se producen más de 4,000 piezas en la ladrillera de Don Heriberto Rodríguez Sandoval, en donde elaboraron un sin número de piezas únicas, con diseños vanguardistas sin dejar de lado la originalidad de la imperfección para que sea una pieza única.
Prensa de una sola pieza |
El barro es de origen saltillense, llega a esta ladrillera color terracota, extraído del sur de la ciudad y el amarillo del norte.
"Saltillo esta asentado en barro, la transformación se le damos los artesanos saltillenses" - Heriberto Sandoval
Este taller utiliza máquinas hechas por los propietarios desde 1970, molinos, prensas, un horno que funciona a base de madera para generar la combustión, sin embargo cada pieza lleva un planchado, corte y sello distintivo que le da la originalidad y versatilidad por la diseñadora Pollet Rodarte, hija de Don Heriberto, que han llevado su negocio familiar al éxito.
"Saltillo Tile" es una unión de ladrilleros de la región certificada producto de la calidad y ecologista.
No dudemos en seguir decorando nuestros hogares con ladrillos, teja y piso hechos de barro, maquilados a mano
ayudamos a la economía local adquiriendo productos de
calidad con gran valor histórico.
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